jueves, 19 de octubre de 2017

DESARROLLO DE LA RED VIARIA NACIONAL



DESARROLLO DE LA RED VIARIA NACIONAL



Fueron los Borbones en el siglo XVIII los que comenzaron a impulsar el proyecto de la mejora de las calzadas. Su objetivo era adecuar las carreteras a la estructura centralizada del Estado y reforzar así las comunicaciones y atender a la demanda de los flujos comerciales que el comercio y la agricultura venían necesitando. Con los Borbones llega el concepto de “camino real”. Dentro de esta dinastía, especialmente Carlos III proyectará una red de caminos permanente en el país. La solución fue hacer una red radial de caminos reales que uniría la capital del Estado con las poblaciones más importantes. Además de unir entre otras poblaciones menos importantes.


Dentro de este proceso, apareció el primer mapa de carreteras de España, tan detallados como el llevado a cabo por los jesuitas Carlos Martínez y Claudio de la Vega entre 1739 y 1743, el primer mapa de carreteras de España.

Para trazarlo se sirvieron de datos astronómicos y utilizaron las técnicas cartográficas más modernas hasta el momento. En él aparece representado el territorio peninsular, exceptuando Galicia, Asturias, León, Castilla la Vieja (menos Ávila y Logroño) dado que en esos territorios no se habían llevado a cabo las operaciones geométricas necesarias. Las carreteras aparecen representadas en líneas finas de color rojo y negro, además de utilizar signos para indicar la situación de plazas, puentes, murallas… Aunque no aparezca representado el territorio español al completo, es el mejor mapa realizado hasta la fecha.
Pero el gran cambio se produjo en 1761 con la publicación del Real Decreto expedido “para hacer caminos rectos y sólidos en España”, que facilitasen el comercio entre las diferentes regiones. Tal y como reza el Real Decreto las operaciones de restauración empezaron por las vías principales y continuaron por las secundarías con el objetivo de mejorar las comunicaciones entre ellas:
“comenzando por los principales desde la Corte a las provincias, con asignación fija, y que concluidos éstos se vayan ejecutando todos los demás que aseguren la fácil comunicación de unas provincias con otras y aún de unos pueblos con otros”

Esta fue la primera disposición española similar a un plan general de caminos. Así, durante el reinado de Carlos III tiene lugar el nacimiento de la nueva red de carreteras con estructura radial centrada en Madrid. La obra consistía en la comunicación de Madrid con Andalucía, Cataluña, Valencia, Galicia, Burgos y Extremadura. Pronto se sumaron las carreteras de Madrid a Francia por Irún y de Madrid a Badajoz y a la frontera portuguesa.

El proyecto consistía en el ensanchamiento de antiguas vías, en el empedrado de ciertos tramos, en el aumento de la longitud de la red e, incluso, en la creación de nuevos trazados que acortaran distancias. Así, se conformaron dos tipos de caminos: los de ruedas, beneficiarios de las nuevas obras de infraestructuras realizadas, que facilitaban el traslado a través del uso de carros y carretas y que agilizaban el transporte, proporcionando una mayor velocidad y aumentando el volumen de mercancías transportadas por viaje; y, los caminos de herradura, que conformaban la antigua red y que no permitían un rápido ni eficaz transporte.

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