jueves, 27 de abril de 2017

EL ORIGEN DE LA LOTERÍA NACIONAL

LA CREACIÓN DE LA LOTERÍA NACIONAL

TRICENTENARIO DEL NACIMIENTO DE CARLOS III


¿Sabías que fue Carlos III quién introdujo la Lotería Nacional en España?



Tras la muerte de su hermanastro Fernando VI, Carlos III dejó Nápoles para gobernar en España. Y lo primero que se encontró fue una guerra en ciernes contra los ingleses: la Guerra de los Siete Años. Esto unido a las reformas efectuadas, supusieron una reducción considerable en las arcas de la Corona. Para solucionarlo, Carlos III y Esquilache crearon la Lotería Nacional (que el monarca había descubierto en Nápoles).



Para conocer los orígenes de la Lotería Nacional Española, hemos de remontarnos al siglo XVIII en el reinado de Carlos III, cuando la Hacienda Pública Española atravesaba por momentos difíciles en los que a pesar de las continuas reformas del sistema fiscal no se lograba frenar el creciente déficit público, sumado a los enormes gastos que supuso la intervención española en la Guerra de los Siete años. Es entonces cuando surge la lotería como una decisión fiscal, pero encubierta bajo la apariencia de un juego en el que todos podían participar y obtener premios. La lotería era en realidad un impuesto encubierto que debía aportar nuevos ingresos a las arcas reales.




  Es este monarca quien encomienda al Marqués de Esquilache, Ministro de Hacienda por aquel entonces, hiciese venir de Nápoles al director de la lotto napolitana, don José Peya, para que pusiese en marcha la lotería española. Con un Real Decreto de 30 de septiembre de 1763 la lotería en España queda instaurada.

  El primer sorteo de esta Lotería Real, denominada como “beneficiata o primitiva”, se celebró, a modo de ensayo y solo para Madrid, el 10 de Diciembre de ese mismo año en la Sala del Consejo de Hacienda.

  La sede de esta lotería se estableció en la capital de España, en un principio en un caserón de la antigua plaza de San Ildefonso, siendo Director y Administrador General el anteriormente citado don José Peya, para posteriormente ser ampliada con otra oficina en la calle de los Trinitarios Descalzos.


En sus comienzos no gozó de la simpatía popular, por lo que en 1767 y con objeto de aumentar los beneficios, se comenzaron a fijar las primeras reformas, que consistían en aumentar los porcentajes de los premios y prohibir otros juegos de azar y loterías extranjeras.




  Es durante el reinado de Carlos IV, cuando su carácter benéfico comenzó a apreciarse, pues el Estado donaba parte de los beneficios a hospitales, centros de beneficencia, eclesiásticos, hospicios y montepíos.

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